¿Quién no ha llegado a casa tras un día agotador y lo primero que ha hecho ha sido tirarse en el sofá? ¿O cancelado un encuentro porque prefería tumbarse con una manta a ver su película o serie favorita?
La relación con nuestro sofá va más allá de un simple mueble en el que sentarnos, ¡y cómo no va a ser así cuando nos da tantos momentos de paz!