¿Por qué unas prendas huelen peor que otras?

En el caso de la ropa de deporte, la que se suda más, hay distintos tipos de prendas. Tenemos por ejemplo las prendas técnicas de última generación o las clásicas camisetas de algodón. El poliéster desprende peor olor después de entrenar que las fibras naturales como la lana o el algodón. La verdad es que no se trata del sudor porque, en realidad, esta secreción del cuerpo no huele. El hedor aparece en el momento en que las bacterias de nuestra piel se alimentan de un determinado tipo de sudor con origen en zonas como las ingles o las axilas.

Un estudio de la Universidad de Manchester analizó el sudor en una serie de prendas de deporte. En ellas se encontraron 300 tipos de bacterias que habitaban en las axilas de las personas que participaban en el estudio. En el momento de valorar la influencia de los tejidos sobre el olor, no dieron con grandes diferencias. Aunque había multitud de bacterias malolientes en la piel, ninguna de ellas acabó en la camiseta. De esto se concluyó que no son las bacterias las que producen el hedor de la ropa, sino que debía de haber algo en las de tela sintética que explicasen eso.

Algunos expertos dicen que las fibras naturales tienen facilidad para absorber la humedad, incluso los compuestos originados por las bacterias y que huelen mal. De este modo, se quedan atrapados entre las fibras y no llegan a nuestro olfato. Por su parte, las fibras sintéticas no pueden absorber la humedad pero sí captar el sudor aceitoso que puede generar el cuerpo de los deportistas. En resumen, cuando traigas tu ropa de deporte a Goldrys recuerda que el mal olor es culpa de las fibras sintéticas, caldo de cultivo perfecto para que se desarrollen las bacterias malolientes. Por descontado, las prendas deportivas hay que separarlas del resto al hacer la colada.