Cuando nos hacemos con una prenda de alta calidad y diseño, no cabe duda de que queremos cuidarla lo mejor posible, para que la inversión valga la pena pero sobre todo para poder lucirla siempre en todo su esplendor. Si se trata de una tan icónica y llena de encanto como la chaqueta Barbour, no solo se potencia este efecto, sino que además resulta imprescindible tratar el mantenimiento y limpieza de Barbour de forma especialmente cuidadosa, debido a sus particulares características.
Y es que esta chaqueta es el exponente más célebre de la técnica de algodón encerado, un método de larga tradición –dota del siglo XIX– que sigue ofreciendo una excelente protección frente al agua y el frío a la vez que dota al tejido de una textura incomparable. Es uno de los factores esenciales por los que este abrigo continúa siendo tan reconocible y especial, pero también la causa de que haya que darle un trato especializado.
Lo que exige el cuidado de la chaqueta Barbour no es otra cosa que la renovación de su encerado con una frecuencia prudencial: suele recomendarse que se haga de forma anual. Junto con una minuciosa limpieza a mano, será necesario retirar la cera que ya muestra signos de desgaste y aplicar cuidadosamente una nueva capa, preservando tanto la apariencia como las propiedades hidrófugas del tratamiento original.
Cabe destacar que, además de la importancia de este proceso, existen otras recomendaciones para el usuario a la hora de cuidar de su Barbour: por ejemplo, quitarle cualquier mancha de barro u otra suciedad tan pronto como se pueda y asegurarse de que está completamente seca antes de guardarla, pero no exponerla en exceso a la luz solar.
Lo mejor es que la falta de tiempo ya no será problema para que puedas mantener tu ejemplar en perfectas condiciones si aprovechas las ventajas que te plantea Goldrys. Somos una tintorería cualificada para llevar a cabo la limpieza y encerado de la chaqueta Barbour, y marcamos la diferencia porque te la recogemos en casa cuando tú quieras, de manera que no tengas que preocuparte por nada más. En un plazo máximo de diez días la tendrás de vuelta, lista para tu próxima salida.